MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS).- Los chimpancés, nuestros parientes evolutivos más cercanos, utilizan regularmente una vieja táctica de guerra que se considera exclusivamente humana: espiar a los rivales desde un lugar elevado.
Investigadores llevaron a cabo un estudio de tres años en dos grupos de chimpancés vecinos, en los bosques de Costa de Marfil, en África occidental, en el cual rastrearon a los primates mientras atravesaban sus respectivos territorios, incluida una zona fronteriza superpuesta donde ocasionalmente se producían escaramuzas.
El equipo descubrió que los chimpancés tenían más del doble de probabilidades de escalar colinas cuando se dirigían hacia esta frontera en disputa, que cuando viajaban hacia el corazón de su propio territorio.
Mientras estaban en la cima de las colinas fronterizas, los chimpancés eran más propensos a abstenerse de comer o buscar comida ruidosamente y pasaban tiempo descansando tranquilamente, lo que les permitía escuchar sonidos distantes de grupos rivales, dijeron los investigadores.
Cuanto más lejos estaba la ubicación de los chimpancés hostiles, mayor sería la probabilidad de que avanzaran hacia territorio peligroso al descender la colina. Esto sugiere que los chimpancés en terrenos elevados miden la distancia de sus rivales y actúan en consecuencia para realizar incursiones y evitar peleas costosas.
Otras especies de mamíferos, como los suricatos, utilizan terrenos elevados para vigilar a los depredadores o llamar a sus parejas. Sin embargo, los investigadores dicen que esta es la primera evidencia de que un animal distinto de los humanos hace un uso estratégico de la elevación para evaluar los riesgos de un "conflicto intergrupal".
"La guerra táctica se considera un motor de la evolución humana", afirmó en un comunicado el Dr. Sylvain Lemoine, antropólogo biológico del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge, y autor principal del estudio publicado en la revista PLOS Biology.
"Este comportamiento de los chimpancés requiere habilidades cognitivas complejas que les ayuden a defender o ampliar sus territorios, y se vería favorecido por la selección natural", señaló.
"La explotación del paisaje para el control territorial está profundamente arraigada en nuestra historia evolutiva. En este uso de estrategias bélicas por parte de los chimpancés, tal vez estemos viendo rastros de la protoguerra a pequeña escala que probablemente existió en las poblaciones prehistóricas de cazadores-recolectores".